Zacatecas se colocó en el sexto lugar con mayor inflación anual, al registrar 9.87 por ciento mientras que a nivel nacional fue de 8.76, la más alta registrada desde el 2000.
El estado se mantiene entre los primeros lugares del país en tasa anual de aumento de precios de bienes y servicios, según la actualización para la primera quincena de septiembre.
En el listado de México Cómo Vamos, la entidad se ubicó solo debajo de Michoacán (10.45), Oaxaca (10.27), Durango (10.26), Campeche (10.25) y Chiapas (9.92).
Además, Zacatecas es el segundo con mayor inflación con relación a los estados vecinos, después de Durango, y por arriba de Coahuila (9.82), Guanajuato (9.72), Nuevo León (9.38), Nayarit (9.23), San Luis Potosí (8.9), Jalisco (8.51) y Aguascalientes (7.7).
Las entidades con menor índice inflacionario fueron Querétaro (7.2), Ciudad de México (7.69), Aguascalientes, Estado de México (8) y Tabasco (8.15).
Mayor impacto
El economista José Luis Guardado Pérez advirtió que el mayor impacto hacia la población es la inflación no subyacente, la cual afecta directamente a los artículos de la canasta básica.
El incremento de estos productos se calcula en aproximadamente 14 por ciento este año, lo que merca el poder adquisitivo y obliga a cambiar hábitos alimenticios para compensar la falta de ingresos.
“Los más afectados son aquellos que no generan un ingreso extra a su salario y afectará a quienes forman parte de la clase media, porque los salarios no han tenido ningún incremento”, afirmó el especialista.
Añadió que el conflicto inflacionario también generará problemas con quienes contraten créditos o busquen comprar artículos a plazos, “porque las tasas de interés también van al alza, entonces no es viable en este momento buscar este tipo de opciones financieras”.
Consideró que, de acuerdo con las proyecciones, los índices inflacionarios lograrían estabilizarse durante los próximos nueve meses. “Sería entonces hasta el segundo semestre del año entrante cuando podamos hablar de una recuperación económica”, explicó.
Sin embargo, reconoció que “más que una buena expectativa, se trata más de buenos propósitos, porque dependemos de muchos factores”.