Hace cinco años, Sarabia, un pueblo del municipio de Jerez, en Zacatecas, estuvo habitado por 563 personas, porque así se informó en una lámina colocada para presumir a la población beneficada por una obra de gobierno, del que un anuncio es el último vestigio.
En agosto, el Cártel Jalisco Nueva Generación monopolizaba el sufrimiento en Zacatecas.
Nadie lo dice, porque aquí ya no hay quién lo diga, pero las paredes de Sarabia lo gritan: hoy el nuevo distribuidor en exclusiva del dolor es el cártel de Sinaloa, específicamente El Grupo Las Flechas, una máquina de matar propiedad del Ismael El Mayo Zambada.
Imagen Noticias buscó a un par de huicholes que, según decían, estaban resguardados y sin comer, pero ya también se han ido.
Los ocho hombres levantados nunca volvieron vivos. Tampoco muertos. Ya ni siquiera hay quién los espere.
Un hombre dijo a Imagen Noticias que en total se llevaron a 20 personas, y que un adulto mayor murió esperando a su hijo, uno de los secuestrados.
En Sarabia es muy común ver a becerros y caballos muertos con el vientre abierto, entre sus calles quedan algunos perros dejados que alargan la muerte por hambre devorando las entrañas de caballos y vacas desplomados. Los cadáveres no se pudren por el viento helado.
Las casas, casi todas reventadas, como así se le llama en Sarabia al allanamiento y saqueo, muestran que el horror tiene un negro sentido del humor. Pero, de la peor manera, Sarabia no está sola… Por las brechas de Zacatecas, decenas de comunidades son pueblos fantasma, paso de demonios.