El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, destacó la urgencia de abordar la violencia e inseguridad que afectan al estado y sus límites con Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí. Subrayó la necesidad de un esfuerzo conjunto entre diversos sectores sociales para promover la paz y restaurar el tejido social.
En entrevista con El Heraldo, Monseñor Noriega explicó que Zacatecas enfrenta una realidad contrastante: mientras algunas zonas permanecen en calma, otras registran brotes de violencia, particularmente en las áreas fronterizas con otros estados.
A pesar de este panorama, expresó un optimismo moderado al afirmar que “vamos dando otro paso a favor de la paz”, destacando que tanto las autoridades como la ciudadanía están adoptando medidas para superar esta crisis.
El obispo enfatizó la importancia de cimentar la convivencia en la justicia y los valores, señalando que el deterioro del tejido social y las crisis familiares son factores clave en el aumento de la violencia. También advirtió sobre el impacto del consumo de drogas, calificándolo como un problema que requiere una respuesta integral.
“La familia está en crisis, y desde ahí también necesitamos trabajar. Tiene que ser un esfuerzo conjunto entre las autoridades, las iglesias, las escuelas y la sociedad en general”, subrayó. Además, resaltó que la Iglesia colabora activamente a través de iniciativas como la pastoral familiar y educativa, así como el acompañamiento a víctimas de la violencia, quienes apenas comienzan a ser consideradas en las políticas públicas.
En cuanto a la relación con Aguascalientes, Noriega Barceló señaló que existe una colaboración institucional que, aunque depende de las administraciones gubernamentales, se mantiene vigente, especialmente entre las iglesias de las regiones vecinas, puntualizó.