Minera Capstone ha provocado daños en cientos de viviendas en Zacatecas

En la ciudad de Zacatecas, durante los últimos cuatro años, la compañía minera canadiense Capstone Cooper-Cozamin ha provocado daños físicos –como grietas y fisuras-, en muros y azoteas de cientos de viviendas pertenecientes a una veintena de colonias populares, ubicadas al noroeste de la zona urbana, y ocasionando, además, temor e incertidumbre a centenares de familias, que temen por una mayor afectación.

Casptone Cooper llegó a Zacatecas al final del sexenio de Vicente Fox Quesada y principios del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y con una concesión federal, reabrió la centenaria mina Cozamin, que aglutina un conjunto de varias minas antiguas interconectadas subterráneamente, entre ellas las principales eran San Roberto y San Rafael, que se encontraban en el abandono, para aprovechar sus aún ricas vetas subterráneas de cobre, plata y oro, utilizando maquinaria y tecnología moderna.

La trasnacional canadiense presume en su portal de internet, cómo, desde el primer año de operación en 2006, “Cozamin ha generado flujo de caja positivo en todos los puntos del ciclo de precios del cobre”, pero no dice a qué costo social. Sin embargo, geólogos de la Universidad Autónoma de Zacatecas, consultados por este diario -quienes conocen ese yacimiento-, han confirmado que, durante los últimos años, Capstone Cooper decidió implementar un ambicioso plan de crecimiento de su explotación y producción.

Al adentrarse cada vez más, por sus antiguos túneles y galerías, desde la orilla al centro de la mancha urbana, los directivos de la empresa descubrieron que sus vetas, aún poseen mucha riqueza. Y entre las acciones para aprovechar esos recursos, el uso de la barrenación con dinamita, es necesario. Derivado de sus actividades cotidianas, la minera canadiense extrae y procesa 4 mil 400 toneladas diarias de materiales rocosos, con altos concentrados, principalmente de cobre y plata, aunque también aprovecha el oro que hay en el sitio.

Al principio admite la empresa en su portal, en el año 2006 cuando comenzó actividades, “la mina tenía una vida útil de tres años en reserva”. Pero actualmente, “con la exploración exitosa ha extendido la vida útil de la mina hasta 2030”. Los cálculos capitalistas de los canadienses, son que, “de 2023 a 2030, la producción anual promedio se pronostica en 20 mil toneladas de cobre y 1.3 millones de onzas de plata”.

Habitantes temen el colapso de su casa

Todos los días, por la mañana y por la noche, los habitantes de las colonias ubicadas al noroeste de la ciudad de Zacatecas (asentadas desde hace más de medio siglo, sobre los túneles y socavones de la mina), temen el colapso de sus casas, al escuchar y también sentir, como se cimbran pisos, muros y techos por las explosiones con dinamita.

Las colonias más afectadas por las “voladuras” subterráneas, son: las tres secciones de la colonia Gustavo Díaz Ordaz (cuyos límites se ubican a sólo 600 metros de una de las bocaminas de entrada a Capstone Cooper); la Lázaro Cárdenas del Río; Frente Popular de Zacatecas; Bancomer; La Filarmónica; El Rebote de Barbosa; Las Margaritas; La Peñuela; Lomas de Bracho;

Mexicapan; Pedro Ruiz González, y una parte importante del centro histórico de la ciudad, que de hecho está catalogado por la UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

El mediodía del pasado 11 de noviembre, el corresponsal de este diario recorrió algunas calles de la segunda sección de la colonia Díaz Ordaz, una de las zonas más afectadas, donde la media noche previa, se escuchó una potente explosión, que provocó un “nanosismo”, estos movimientos telúricos, de entre 2 y 3 grados de intensidad, registrados por el Servicio Meteorológico Nacional, las autoridades estatales y municipales aseguran que son “naturales”, pero los habitantes rechazan esa postura, porque el fenómeno se produce con regularidad horaria: a las seis de la mañana y a las seis de la tarde, sin falta, y en otros horarios eventualmente.

Sobre la calle Víctor Bravo Ahuja, el señor José Manuel Delgado Perea narró cómo, los vecinos, durante cuatro años “le hemos hecho frente a la minera… hemos hecho investigaciones por nuestra cuenta, porque en un primer momento, en pláticas con directivos de la empresa, se comprometieron a venir a arreglar las casas y vinieron y resanaron los domicilios, pero eso no duró mucho. Y ahora, cada vez las explosiones son más fuertes, y las grietas en los muros de las casas, ya se marcan de lado a lado”.

“Capstone ha querido argumentar que ellos no son responsables, que este problema es asunto de gambusinos (mineros piratas, ilegales), pero todos sabemos que ya no hay gambusinos en esta zona de la ciudad. Y ahora de cuatro meses hacia acá, han sido muy frecuentes. Hace tiempo Antonio Hernández Villamil, comandante de Protección Civil del municipio, nos aseguró, dijo, que las casas se han deteriorado por nanosismos”.

Por su parte la señora María del Consuelo Nava Alemán, de la misma colonia Gustavo Díaz Ordaz, narró cómo ésta “es una experiencia muy amarga y muy fuerte, tenemos mucho miedo en la colonia, porque no sabemos en qué momento, pudiera llegar a suceder un percance, por las fuertes detonaciones y voladuras que hace Capstone Cooper Cozamin, porque se hacen sordas al daño que nos están causando en nuestras viviendas, que son el único patrimonio familiar que podemos dejarle a nuestros hijos, o a nuestros nietos”.

Nava Alemán aseguró que hace tres años, el general José Silvestre Urzúa, entonces responsable de la Guardia Nacional en Zacatecas, acudió con su personal ante las quejas de los habitantes por las fuertes explosiones subterráneas, “y pues yo le hice la pregunta a ese comandante de que, siendo realistas, serían sismos de Zacatecas (naturales), y él dijo que no, que eran sismos, pero provocados por las voladuras de la mina”.

“Desgraciadamente él ya no se encuentra con nosotros, murió en un enfrentamiento con delincuentes en el municipio de Pinos, pero el que ahora está a cargo de la Sedena, dice que no, que no son los de la mina los responsables de los sismos”.

Otras madres de familia indignadas que dieron su testimonio y pidieron el auxilio del gobierno federal, para detener las explosiones de la minera que dañan sus casas, fueron Gisela González Almaguer, Elizabeth Duarte Daniel, Eralú Esquivel y Judith Velazco González, quien aseguró, que en los cuatro años recientes, “los de la mina Capstone, en lugar de ir bajando sus detonaciones, han intensificado hasta tres veces más, y no es justo. Toda mi casa tembló la medianoche del viernes… han intensificado las voladuras, y los sismos ahora son 108, cuando antes eran a lo mucho dos, por cada año. Y sabemos que el sismógrafo nacional (sic), ha detectado que el epicentro es en la mina”.

Ante la pasividad de las autoridades locales, a los habitantes de las colonias afectadas, sólo les ha quedado la protesta permanente con la colocación de mantas en ventanas y paredes externas de sus casas, con leyendas como “Yo responzabilizo a minera Capstone, de los daños a mi vivienda y el riesgo de derrumbe».

En contraparte, la empresa canadiense, emitió un comunicado de prensa, la tarde del sábado, curándose en salud: “Capstone Cooper se deslinda de presunta voladura o detonación (subterránea) en la ciudad de Zacatecas… negamos que la actividad minera sea causante de esto”, y añadió que “la empresa está dispuesta a colaborar con las autoridades correspondientes para realizar un dictamen técnico, que determine las causas del supuesto(sic), acontecimiento en la ciudad de Zacatecas”.