A partir del Índice de Competitividad Estatal 2022, realizado por el IMCO, diversos aspectos del contexto zacatecano se distinguieron por sus resultados lamentables. En aspectos generales, del 2021 al 2022, la entidad bajó tres posiciones, de la 25 a la 28. Esto coloca a Zacatecas como el quinto estado con mayor competitividad baja.
Esta involución puede verse reflejada principalmente en el aspecto económico, la seguridad y el progreso social. En este sentido, la entidad tuvo un retroceso significativo en desigualdad salarial, en carga aérea de mercancías y, por otro lado, aumentó el índice de homicidios dolosos en un 38%, cerca de 68 por cada 100 habitantes.
Se suma la falta de incentivos para el talento: en entidades como Nuevo León, Baja California y CDMX, las personas mayores de 25 años que cuentan con estudios superan el 30%, mientras que en Zacatecas, esta cifra no llega al 20%. Por otro lado, impera una gran incidencia de informalidad laboral (60%).
Algunos de los aspectos en los que se reflejan las mayores problemáticas y en los que la entidad ocupa los últimos lugares, son en Sistema de derecho confiable y objetivo (30°) y Economía estable (30°). A partir de estas cuestiones, se arrastran otras como la falta de innovación y sofisticación de los sectores económicos y un mercado de factores deficiente.
La presencia de inseguridad ha mermado, en poca o gran medida, las actividades económicas de la entidad. Prueba de esto es la caída de siete lugares (del 23° al 30°) que se dio entre el año 2021 y 2022, en la cuestión económica. El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de la entidad en 2022 es de 111 mil 608 pesos, mientras que el promedio es de 168 mil 35 pesos.
Las acciones para contrarrestar la violencia han resultado deficientes u obsoletas. A pesar de la disminución de homicidios, la percepción de inseguridad por parte de habitantes ha ido en aumento, en conjunto con la baja en la captación de Inversión Extranjera Directa. La relación entre uno y otro aspecto está indudablemente latente.