Las principales presas de la entidad, presentan una reducción en su almacenamiento del 46 por ciento del total de su capacidad debido a los efectos del estiaje, que se arrastran desde el año pasado, con casi siete meses de ausencia de lluvias, pues “desde octubre prácticamente dejó de llover”, reveló la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
De acuerdo con el texto signado por la Comisión Nacional del Agua y el Servicio Meteorológico Nacional, denominado “Perspectiva climatológica Mayo, Junio y Julio”, elaborado por especialistas de las dos dependencias federales para la entidad, actualmente, las 14 principales presas distribuidas del estado de Zacatecas, están al 54 por ciento de su capacidad total, con 243 millones de metros cúbicos. Esto es, 175 millones de metros cúbicos menos que en 2022.
Asimismo, de los 58 municipios que tiene la entidad, se indica en el apartado “Monitor de Sequía de México / Zacatecas”, que 31 municipios enfrentan “Sequía Severa”, y el resto, 27 municipios, están bajo la categoría de “Sequía Moderada”, debido a las escasas precipitaciones durante el año 2023.
Los efectos de la sequía son visibles incluso al sur de la zona conurbada de las ciudades de Zacatecas y Guadalupe, donde el vaso de la laguna La Zacatecana, se ha secado totalmente.
De acuerdo con una lámina comparativa, la Conagua-SMN, informan que, durante los primeros cuatro meses del año, las precipitaciones que se registraron fueron muy por debajo de la media mensual/anual.
En enero, la media de precipitaciones es de 17 milímetros de lluvia, pero sólo cayeron 2 milímetros. En febrero, el promedio es de 14 milímetros, el registro oficial fue de cero. En marzo el promedio es de 8 milímetros, también se registraron cero milímetros de lluvias, al igual que en abril, que debían caer 4 milímetros, y no llovió nada.
“Desde octubre de 2022 prácticamente dejó de llover (con el patrón de lluvias intensas en pocas horas en pocos días del mes). Por lo que durante 6 meses (noviembre a abril), existe déficit de lluvias, pues no se han presentado las lluvias Normales”, expone el documento citado.
Las dependencias esperan que los meses de mayo, junio y julio, quizá se regularicen las precipitaciones, aunque hace exactamente un año, en mayo de 2022, ya se había comenzado a presentar la severa escasez de lluvias. Para dicho mes, el promedio de precipitaciones “Normal”, es de 18 milímetros. Pero el año pasado en ese periodo, sólo se registraron 5 milímetros de lluvia, “es decir, el 28 por ciento”, de lo que debió llover.
Para el pasado mes de abril de este 2023, “prácticamente NO se registraron lluvias en las 50 estaciones de la red de monitoreo diario de CONAGUA”. La esperanza de que en los próximos meses se regularicen las lluvias, desde las instancias oficiales, se mantiene, pues se recuerda que “a mediados de mayo inicia la temporada oficial de ciclones tropicales en el Pacífico, que está asociada al inicio de lluvias en Zacatecas”.
Mientras eso ocurre –dependiendo de las condiciones hidrometeorológicas impredecibles-, en el ejido La Zacatecana, donde se encuentra la laguna del mismo nombre, se encuentra totalmente seca.
Ubicada al sur de las ciudades conurbadas de Guadalupe y la capital Zacatecas, este vaso es el principal receptor de las precipitaciones pluviales de la zona metropolitana y sus comunidades, pero ahora volvió a quedarse totalmente sin agua, algo que se ha vuelto relativamente regular, en los últimos 20 años.
Entrevistado por este diario, Hilario Medina Oliva, ejidatario de La Zacatecana, tiene que trasladar caminando varios kilómetros a sus vacas, hasta una pileta donde un vecino, le permite a su ganado beber agua, debido a la falta del líquido en la laguna que se ubica frente a sus corrales.
Otros ejidatarios “aprovechan” la relativa humedad que queda entre el lodo seco de la laguna, para preparar esas tierras y sembrar forrajes como maíz y avena. Confían en sacarle provecho a las pocas lluvias que se presente, para levantar alguna cosecha. Pero al invadir una parte del enorme vaso seco de la laguna, se arriesgan a perder toda su inversión, según explica don Hilario:
“Ahorita se está sembrando en el vaso – seco, de la laguna. Gracias a Dios, al menos se está sembrando en unos cachos. La gente al menos tiene su esperanza, porque eso sí, nomás llueve, y todo esto se queda en el agua, se pierde todo. Tiene sus riesgos, pero si el año llega a ser malo, pues al menos esto ayuda”.
El campesino y pequeño ganadero refiere que, a diferencia de otros años, décadas atrás, los periodos de lluvia cada vez son más irregulares, y escasos: “Ya ahorita los años están muy cambiados, ya no se sabe que ni qué. Antes, según se venían las cabañuelas, y ahorita ya está el tiempo muy cambiado. Porque hemos visto que, en un rato, en dos horas, cae el agua de todo un año”.
Sin embargo, esperanzado, confía en que este 2023, ahora sí, como antaño, la fecha de arranque de siembras, y el inicio de lluvias regulares, se produzca el 15 de mayo, día de San Isidro Labrador.