Así es la torta de barrio, un antojito zacatecano

En el centro histórico de la ciudad de Zacatecas, se encuentra un restaurante que ha sido punto de reunión para miles de personas y que es parte de la historia viva de la capital zacatecana.

Se trata del café restaurante Acrópolis, el cual nació en el año de 1943. Su fundador, Said Samán Farah, un hombre de origen Sirio que arribó a Zacatecas en 1937 y que encontró en la magia del estado el motivo perfecto para establecerse.

A solo seis años de su llegada a México, Said Samán fundó el primer café público de Zacatecas y lo llamó Acrópolis. La idea de este concepto era ofrecer un espacio al que pudieran acudir familias enteras, como opción ante las abundantes cantinas que había en la ciudad.

Durante casi 80 años, el café restaurante Acrópolis ha sido el lugar predilecto de locales y visitantes para desayunar, comer o cenar, en un ambiente tranquilo, que invita a disfrutar del momento sin prisa y donde distintas generaciones se reúnen para compartir un momento agradable. Sin duda, un establecimiento de tradición familiar.

La torta de barrio en Acrópolis

Al interior de Acrópolis, reconocido en la historia por la Asociación de Cronistas de la Ciudad de Zacatecas, como el más antiguo café de la ciudad y primer Café-Restaurante-Museo de la capital zacatecana, se cocinan platillos que han permanecido en el gusto de los comensales durante décadas.

El restaurante abre sus puertas de 8:00 am a las 22:00 horas, tiene una capacidad de 150 personas y es común encontrarlo repleto en casi cualquier horario. Entre las delicias que se ofertan en el menú, pueden encontrarse típicos desayunos, comidas y cenas mexicanas; sin embargo, los platillos con sabores regionales son los grandes favoritos.

El tradicional y emblemático asado de boda, las enchiladas zacatecanas o las enchiladas arrieras, son un ejemplo de la variedad culinaria del estado, pero Acrópolis se distingue por una preparación que no encontrarás en otro lugar.

Se trata de la torta de barrio, famosa gracias a la popularidad del restaurante y el ingenio con el que se elabora. Consiste en un bolillo cortado por la mitad, de textura firme y corteza crujiente, al cual se le unta mayonesa en ambas tapas, para posteriormente rellenarlo con un chile poblano con queso y frijoles en su interior y que va “lampreado”, es decir, capeado.

La peculiaridad de la torta de barrio no termina ahí, en el menú se lee la opción “torta de barrio bañada”. Si se elige esta variación, la torta se cubre con salsa ranchera, una especie de caldillo de jitomate espeso y con gran sazón.

Aunque el resultado puede parecer intimidante, la torta de barrio es un antojito que debes probar cuando visites Zacatecas, te dejará con un gran sabor de boca y te dará una idea de por qué la Acrópolis es toda una institución gastronómica local desde 1943.