11 junio 2020.
La palabra “adaptabilidad” se ha convertido en una expresión común para caracterizar al tipo de organización que las empresas tienen que ser hoy para prosperar en un mundo disruptivo y exponencial. La adaptabilidad es la estrategia que permite explorar, y explotar al mismo tiempo, oportunidades innovadoras. No se trata, sin embargo, de innovar solamente productos y servicios, sino también la calidad del liderazgo, el cual debe fomentar el desarrollo de métodos y procesos para la creación de nuevos conocimientos estratégicos.
Steve Jobs describió con precisión esta adaptabilidad organizacional cuando dijo, “La innovación proviene de personas que se encuentran en los pasillos o se llaman entre sí a las 10:30 de la noche con una nueva idea (…) Se trata de reuniones ad hoc de seis personas convocadas por alguien que piensa que ha descubierto la cosa más genial y que quiere saber qué piensan otras personas sobre su idea”. Hoy ser eficiente no es suficiente; hay que ser también creativo y, por ende, favorecer dinámicas y procesos que fomenten esta creatividad. El liderazgo organizacional hoy tiene que resolver esta tensión natural entre eficiencia y creatividad, entre planeación y autonomía.
Por eso, hoy se habla de la necesidad de desarrollar un liderazgo holístico. Fue en su juventud, durante sus viajes a la India y en su encuentro con el budismo, que Steve Jobs adquirió elementos de pensamiento integral basados en habilidades de inteligencia cognitiva, emocional y espiritual, consistentes con el pensamiento oriental y elementos del pensamiento dialéctico.
Esta experiencia permitió también que Jobs desarrollara una forma de liderazgo que combinaba elementos de liderazgo centralizado y distribuido, permitiendo, y hasta fomentando la dialéctica entre los dos; o sea un liderazgo holístico. Hoy este modelo de liderazgo está siendo adoptado por distintas empresas a la vanguardia, como Cisco Systems y Softbank, donde los equipos inter-corporativos forman un grupo de sinergia estratégica que son al mismo tiempo autónomos, descentralizados y colaborativos.
De acuerdo con el modelo de liderazgo holístico, los gerentes no solo deben tener habilidades y técnicas de gestión, sino también la capacidad de lograr la cooperación, profundizando la motivación intrínseca que radica en la unidad de cuerpo, mente, corazón, y espíritu. En este sentido, los académicos del liderazgo, como Jody Fry, hablan cada vez más de un liderazgo espiritual que hoy tiene que integrarse con los liderazgos estratégicos, empresariales, operacionales y transformacionales. En otras palabras, como lo dice el estudioso Mitsuru Kodama, se trata de “encontrar el equilibrio al borde del caos”. Por eso hoy los líderes prósperos son aquellos que logran soluciones creativas que emergen de la integración desde contradicciones y conflictos.
El futuro pertenece a los líderes que practican un modelo de pensamiento que es dialéctico, integrado y sistémico.; es decir, holístico. Atrás quedaron los días del pensamiento lineal.