Arturo Nahle García, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), afirmó ayer que los cárteles Jalisco Nueva generación y de Sinaloa, “los más poderosos y violentos del mundo”, utilizan cada vez con mayor frecuencia a jóvenes y niños en sus acciones delincuenciales, según ha observado en los casos que conoce y resuelve ese órgano.
Por ello, consideró el magistrado, las instituciones de seguridad enfrentan “un reto gigantesco” para contener la violencia que generan las disputas crecientes entre dichas organizaciones criminales por el control de territorios.
“Vemos con preocupación la forma en que se involucran jovencitas y jovencitos, incluso niñas y niños, en delitos de alto impacto como homicidio, secuestro, portación de armas prohibidas, narcomenudeo y la delincuencia organizada”, aseguró Nahle García sin ofrecer cifras.
Después de rendir ayer su informe anual de labores ante el pleno del Congreso local, en una sesión a la que acudió el gobernador morenista David Monreal Ávila, Nahle García expuso: “Este reto gigantesco se complica con la guerra cruenta que libran en nuestro territorio los dos cárteles, que se disputan nuestras carreteras y el mercado”.
Además, alertó el presidente del TSJE, “es preocupante la elevación de los niveles de consumo de drogas, fundamentalmente entre nuestros jóvenes”.
Prevención, no fuerza
Sostuvo que “no es con más policías ni con más soldados como vamos a resolver este fenómeno, tampoco incrementando las penas; es con prevención”.
Expuso que el fenómeno podrá empezar a reducirse mediante contención, inteligencia, aplicación de la ley y el fortalecimiento del estado de derecho, pero además de las acciones gubernamentales, se requiere de la participación de todos, al margen de credos políticos y religiosos.
Nahle García apuntó que el clima de violencia inhibe la inversión, el turismo, el empleo y, por lo tanto, el desarrollo de Zacatecas, “un estado de por sí castigado”.
Coincidió con el presidente Andrés Manuel López Obrador en que este problema sólo se resolverá con el ataque a sus causas: la reprobación y el abandono escolar, el desempleo, la pobreza, la crisis de valores que sufren numerosas familias, las adicciones y el tráfico de armas, así como la corrupción y la impunidad.
“No sólo corresponde a los tres niveles de gobierno” buscar la solución, sino a toda la sociedad. Advirtió: “No será pronto. Esto no podrá resolverse en un trienio ni en un sexenio; se requerirán varias generaciones para superarlas”.