Fresnillo y Zacatecas son dos de las cinco ciudades con la mayor percepción de inseguridad del país según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El 96.8 por ciento de los habitantes de Fresnillo dijo que “vivir en su ciudad es inseguro”, el porcentaje más alto de las 75 ciudades en las que se aplicó la encuesta; mientras que en el quinto lugar estuvo Zacatecas con el 89.4 por ciento.
De septiembre a diciembre del 2020, la percepción de inseguridad por temor al delito en la población mayor de 18 años aumentó en Zacatecas 3.3 por ciento, mientras que en Fresnillo el repunte fue de 2.5 puntos.
Ambas ciudades se encuentran muy por encima del promedio nacional para dicho indicador, el cual fue de 65.8 por ciento según el informe publicado este miércoles, 7 de cada 10 mujeres tuvieron una percepción de inseguridad, mientras que en hombres fueron seis de cada 10.
En lo referente a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, en diciembre de 2021, 76.9 por ciento de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos, 70.2 por ciento en el transporte público, 62.4 por ciento en el banco y 57.9 por ciento en las calles que habitualmente usa.
La conducta delictiva o antisocial que los encuestados dijeron haber presenciado con mayor frecuencia fue el consumo de alcohol en la calle, seguida por robos o asaltos, vandalismo en las viviendas o negocios, venta o consumo de drogas y disparos frecuentes con armas.
Según la misma encuesta sólo el 25.6 por ciento de la población de Zacatecas y el 21.3 por ciento de Fresnillo, opinó que “el gobierno de su ciudad es muy o algo efectivo para resolver los problemas más importantes”.
El 20 por ciento de la población de Zacatecas dijo haber experimentado conflictos o enfrentamientos, mientras que el indicador en Fresnillo fue del 31.6 por ciento; el promedio nacional fue de 32.7.
Durante el cuarto trimestre del 2021, más de la mitad de la población residente en las ciudades objeto de estudio modificó sus hábitos respecto a “llevar cosas de valor” por temor a sufrir algún asalto. Además, el 49.1 por ciento “dejó de caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche” y el 44.8 “ya no permite que sus hijos menores salgan de su vivienda”.